Maria Rosa (1965) es una
película española que adapta la obra homónima de Àngel Guimerà, dirigida por
Armando Moreno e interpretada por Francisco Rabal y Núria Espert en los dos
papeles principales. Se trata de la mejor película dirigida por Moreno, si bien
es cierto que es la única que firmó como director. Moreno, marido de Núria
Espert, fue periodista, actor, guionista, director de teatro … y director de
esta película.
En un buen inicio, los títulos
de crédito aparecen mientras vemos dos hombres luchando en una colina, como
caen y uno mata de una cuchillada a otro. Desde el inicio, sabemos que el
asesino es Marsal (F.Rabal), un hombre que tiene una barca dedicándose a la
pesca, pero los indicios por un pañuelo y un cuchillo apuntan a otro sospechoso
llamado Andrés, que no puede probar su inocencia y solo tiene la coartada que
no salió de casa según da testimonio su mujer María Rosa (N.Espert). Enseguida
sabemos por un flashback sobre el rostro de Rabal que es un hombre perdidamente
enamorado de María Rosa y que haría cualquier cosa por conseguir su amor, por
lo que calla y deja que encarcelen a Andrés.
Aparece luego un personaje
llamado Salvador, que ha sido compañero de celda de Andrés y ha tejido una
relación fraternal con él por lo que quiere averiguar quién ha sido realmente
el asesino. Encuentra empleo en la barca de Marsal si bien hay una antipatía
entre ellos pues, además de querer saber quién es el asesino, Salvador hace que
el recuerdo de Andrés siga presente para María Rosa.
Llega al pueblo la noticia que
Andrés ha muerto en prisión. María Rosa le sigue profesando un amor que le hace
incapaz de mirar a otro hombre, pese a los requerimientos cada vez más
insistentes de Marsal. En un momento dado, ante el acoso de Marsal, se va a dar
un enfrentamiento entre éste y Salvador pero, en ese momento, la reacción de
María Rosa es aceptar la proposición de matrimonio de Marsal y dejar atrás la
relación con Andrés.
En la última parte de la
película, tiene lugar la boda. Y allí, un personaje que es el borrachín del
pueblo, llamado El Chepa y que ha sospechado siempre de Marsal, empieza a
animarlo para que beba vino y luego va soltando situaciones para provocarlo
citando a Andrés, cosa que provoca la pérdida de nervios de Marsal, su falta de
autocontrol y acaba confesando el crimen a su mujer. Después de la confesión y
sintiéndose presionada por el irascible y descontrolado Marsal, la mujer utilizará un útil de la cocina en defensa propia.
Las interpretaciones son
soberbias, especialmente la pareja protagonista está inmensa como no puede ser
de otra manera con un gran actor y una gran actriz que no se prodigó mucho en
el cine. La base argumental del texto de Guimerà es muy potente, con una
creciente progresión dramática, pero se ve acompañada por una meritoria
realización, escogiendo los exteriores de un pueblo para rodarla, así como
escenas en la barca de Marsal rodadas en mar abierto, lo que da una proximidad
física que acentúa el dramatismo de la historia. A eso también ayuda una
fotografía en blanco y negro con espléndidos contrastes que dirige Cecilio
Panigua.
La dirección de Moreno es muy
buena. Destacaría el inicio, cuando la guardia civil interroga a Andrés y vemos
el rostro de Rabal del que ya sabemos su participación en el crimen, mientras
el resto de habitantes del pueblo son como estatuas, columnas negras en las
laderas de las colinas presenciado la tragedia de inculpar a un hombre que,
como espectadores, sabemos que es inocente. O el enfrentamiento entre Andrés y
Marsal, utilizando la calle de manera que parece un duelo en un western. La
película está llena de momentos que acreditan la buena dirección de Moreno, que
no tuvo continuidad y se dedicó a otras cosas.
Hablada, como no podía ser de
otra manera, en castellano, sí se oye el catalán en un par de canciones, una
cuando están pisando la uva en un lagar al principio de la película; y la otra,
Baixant de la Font del gat, en el convite nupcial.
Muy buena película.
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