El largo adiós (1973) es
una película de la que guardaba un buen recuerdo y, al verla en Amazon Prime,
me decido a revisarla. Dirigida por Robert Altman, adapta la novela homónima de
Chandler y traslada la acción de los años 40 a la década de los 70 con Elliout
Gould, muy de moda en aquellos años y hoy creo que muy olvidado, dando vida a
Philip Marlowe.
Un Marlowe que vive en un
apartamento bastante descuidado, con unas vecinas hippies que se pasan el día y
la noche haciendo yoga medio desnudas, recibe la visita, tras comprar comida
para el gato a las tres de la madrugada, de un amigo suyo, Terry Lennox. El tal
Lennox le dice haber tenido una fuerte pelea con su mujer, cosa al parecer tampoco
infrecuente, pidiéndole que le lleve a Tijuana. Marlowe le deja en la frontera
entre México y Estados Unidos volviendo a Los Ángeles. De nuevo en su casa,
recibe la visita de la policía que viene a preguntarle por el paradero de
Lennox ya que su mujer ha aparecido muerta. Marlowe no suelta prenda y se pasa
tres días en la cárcel, acusado de complicidad en el asesinato, hasta que la
policía le libera porque resulta que Lennox se ha suicidado en México. Caso
cerrado. Pero los casos no se cierran
fácilmente en las historias de Chandler y Marlowe es acosado por un mafioso y
sus secuaces que le reclaman más de 300.000 dólares que Lennox se llevó en su
huida a México. El mafioso es violento al punto que, como advertencia a Marlowe
de lo que le espera si no encuentra el dinero, hace estallar una botella de
Coca-Cola en el rostro de su novia en una escena impactante.
Paralelamente, a Marlowe le
sale un caso que, aparentemente, no tiene nada que ver con el otro, pero luego
convergerán como en ésta y otras adaptaciones de novelas de Chandler. Una mujer
quiere que Marlowe rescate a su marido, un escritor que tiene problemas con la
bebida llamado Roger Wade y está interno en una clínica con un siniestro director. La conexión se produce al saber que Wade era el
amante de la mujer de Lennox y que estuvo con ella la noche que la asesinaron.
En un giro final, Marlowe hace
lo que, en una novela escrita por Chandler, sería impropio y es volver a México
para ajusticiar al malo después que éste le diga que es un perdedor. Marlowe
asiente y le dice que incluso ha perdido el gato antes de disparar
Recuerdo vagamente la novela,
leída hace décadas, y la volveré a leer para ver las diferencias con la
película, desde luego seguro que una es el final. Y entiendo que a quienes
quieran una recreación fiel de cómo es el personaje de Marlowe en la novela
criticaran el filme. Pero a mí me gusta la interpretación de Gould en esta
película, un tipo que no deja en toda la película de dar réplicas cínicas e
impertinentes, propias del detective de las novelas. No da el tipo de hombre
duro como lo daba Mitchum en Adios muñeca, pero Gould sí tenía una edad
más acorde con el personaje de las novelas habiendo nacido en 1938. Este
Marlowe no es reflexivo y escéptico como el Mitchum de Adiós muñeca,
pero sí es un hombres solitario y perdedor como el personaje literario en un
Los Ángeles igual de devastado moralmente en los años 40 o aquí en los 70.
Otros atractivos de la película
son contar con un secundario de lujo como es Sterling Hayden interpretando al
escritor Wade que se suicida en el Océano Pacífico, la música compuesta por
John Williams y el guion escrito por Leigh Brackett.
Si bien Altman no me ha gustado
nunca mucho, especialmente sus relecturas del western en Los vividores y
la de Buffalo Bill, aquí hace un noir personal, interesante y entretenido
que no me ha defraudado.
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