viernes, 16 de febrero de 2024

LA SALA DE LOS PROFESORES

 

La sala de profesores es la película que Alemania ha presentado como candidata al Óscar como película extranjera, además de conseguir nominaciones y algún premio en otros países.

Dirigida por un tal İlker Çatak, director con una corta filmografía de cuatro películas, es un filme resultón, que entretiene mucho y mantiene el suspense a lo largo de su desarrollo en forma de thriller.

Carla Nowak, cuyo apellido ya delata que es polaca, empieza a trabajar en una escuela alemana como profesora de matemáticas y educación física. En el colegio se están produciendo robos y, mientras da una clase, entran otros profesores para realizar un intimidatorio interrogatorio y registro a alumnos de unos doce años. Se señala un posible culpable, llamado Ali y de origen inmigrante, al cual defienden sus padres diciendo la madre que el dinero que llevaba, y que ha sorprendido a los profesores, se lo había dado ella para comprar una cosa.

El mal rollo aumenta cuando ella misma sufre un robo pero, gracias a haber dejado una cámara activada, hay una prueba consistente en la ropa que lleva quien introduce la mano en la mochila de la profesora. Ello lleva a acusar del robo a la administrativa del centro, cuyo hijo Oskar es alumno de la clase de Carla.  La administrativa reacciona de muy mala manera a la acusación y, mientras se aclare todo, se le dan vacaciones, si bien volverá al centro en una reunión de Carla con los padres para armar un alboroto.

Mientras tanto, se ha desencadenado en el colegio una guerra de todos contra todos. Oskar torpedea todo lo que puede las clases de Carla además de llegar a agredirla y tirar su portátil al río, algunos alumnos apoyan a Oskar pero otros no y le castigan con el estigma de ser hijo de una madre ladrona, los profesores muestran sus discrepancias sobre los acontecimientos, los alumnos más mayores manipulan la realidad en un diario escolar tras haber engañado a la profesora, la directora del centro no puede controlar la situación y Carla, que siempre ha intentado hacer las cosas bien con un talante conciliador, está desbordada y si yo hubiera sido ella iba al médico a pedirle la baja. La película acaba con un Oskar que, pese a haber sido expulsado de la escuela, no acepta la sanción y vuelve, con la anuencia de la madre, haciéndose fuerte en el aula. En el fondo, se llega a un no final, una situación irresoluble.

Çatak muestra muy bien la angustia de la protagonista, la filma angustiada por los pasillos, acompañada de una música estridente, como si la escuela se estuviera convirtiendo en una cárcel para ella y, en algún momento, parece una película de terror. Y plantea temas muy interesantes como el racismo, la autoridad en las aulas, la invasión de la privacidad que suponen las cámaras, las relaciones interprofesionales o la censura de los medios de prensa. Si todo esto, que son problemas reales de la sociedad, se explica sin aburrir tenemos una película que vale la pena ver. 

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