sábado, 10 de febrero de 2024

LA BUENA ESTRELLA

 

Veo La buena estrella (1997), de Ricardo Franco y protagonizada por Antonio Resines, Maribel Verdún y Jordi Mollà.

Un carnicero (Rafael) que lleva una vida triste y solitaria para la furgoneta que conduce cuando ve a un joven (Daniel) apaleando a una chica (Marina). Recoge a la chica y se la lleva a casa. Marina es una desgraciada, de un orfelinato pasó a la calle, a la marginalidad en la que conoció a Daniel que tiene el mismo origen. Ella está embarazada y formará una familia con Rafael, cosa que en principio hubiera sido imposible para él pues sufre problemas de impotencia. Una vez nace la niña, Rafael la reconoce como suya, son felices y todo va bien hasta que Daniel, que ha estado una temporada en la cárcel, se interpone en sus vidas.

Se presenta en casa de Rafael y Marina apurado después de que le han dado una paliza y, ante las reticencias de la segunda, Rafael le abre la puerta. Lo acogen, lo curan y lo que va a ser, en principio, una estancia de pocos días se prolonga en una de varias semanas, tiempo suficiente para que Marina y Daniel retomen una relación sexual apasionada, ante la mirada angustiada de Rafael que, no obstante, tiene una actitud tan tolerante que empiezan a vivir los tres en armonía con la niña.

Cuando finalmente Daniel se va, al cabo de un tiempo llama pues necesita ayuda y Marina acude a su llamada dejando a Rafael y la niña. Volverá más tarde, embarazada de nuevo, una vez ha fracasado un atraco a un banco en el que participaba Daniel, que da con sus huesos en la cárcel. Gravemente enfermo, es excarcelado, volviendo a vivir todos juntos, y ante la cruel agonía que sufre, Marina le ahorrará sufrimiento matándolo con una escopeta de caza y, en el epílogo, Rafael dirá que ella murió pocos meses después y él tiene como razón para vivir cuidar de las dos pequeñas.

Premiada con varios Goya, entre ellos el de mejor película y director, es una historia emotiva, bien narrada, con un guion sólido, sobre unos personajes desdichados y las satisfacciones y renuncias que, en el triángulo que forman los protagonistas, efectúan por amor, así como por solidaridad y agradecimiento. Bien interpretada por los tres actores, especialmente Resines en un papel dramático, no es una película que considere imprescindible pero sí apreciable y merece un visionado. 

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