Siguiendo con Naruse,
especialista del melodrama en Japón, veo Cuando una mujer sube la escalera,
rodada en 1959.
Se trata de otra película en la
que la protagonista es una mujer, llamada aquí Keiko, que se ha quedado viuda y
su ocupación laboral es de chica de alterne en locales nocturnos. Keiko
prometió fidelidad a su marido por lo que lo de alterne se reduce, en su caso,
pero no para otras compañeras, en beber, dar conversación, en un rollo en plan
geisha que no implica necesariamente mantener relaciones sexuales. Naruse dedica varios planos al título de la
película, esos momentos en que Keiko sube la escalera para trabajar en algo que
no le gusta.
No obstante, debe trabajar, es
una mujer fuerte en contraste con los débiles personajes masculinos y, entre
otras cosas, ayuda económicamente a su hermano que es un desastre, así como a su madre. En su
trabajo es una mujer de éxito, muchos hombres buscan su compañía y se plantea
si pudiera volver a casarse o bien fundar su propio local para afianzar su
autonomía. Una compañera se ha independizado abriendo su propio local pero,
aunque aparentemente las cosas le van bien, en realidad está cargada de deudas
y se suicida, con una escena inhumana en que los acreedores se presentan con el
cuerpo aún caliente para cobrar.
No le va mejor cuando intenta
recomponer su vida con un hombre. Se fija en uno que es un farsante según le
explica luego su propia mujer. Luego, en un banquero con el que se acuesta ya que sí
está realmente enamorada y que, más tarde, le da dinero pero para decirle a
continuación que se traslada a Osaka con su mujer. Keiko se presentará en la
estación de tren desde la que parte el banquero con su mujer e hijos para
devolverle el dinero. Y, finalmente, el encargado de tareas administrativas de
los locales en que trabaja Keiko está enamorado de ella, pero le reprochará,
abofeteándola, que haya tenido una relación con el banquero.
Ante estos personajes
masculinos, todos con connotaciones negativas en su comportamiento, solo queda
seguir luchando y volver a subir la escalera.
Naruse es un realizador que
filma sencillo, pero con riqueza en los matices que proporciona al espectador y
sus películas tienen la virtud de ir de menos a más, va subiendo la intensidad
dramática de forma ejemplar. Es destacable que muestra una sociedad que se está
occidentalizando. En el inicio del filme, hay una fiesta ya que una de las
chicas se ha casado y piden al novio que la bese como los americanos. Mientras
Keiko se muestra fiel a la tradición en la vestimenta, otras compañeras visten
de manera más occidental, influencia que también se muestra en las bebidas que
toman los clientes.
Un gran melodrama.
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