No nos salvamos de hacer el ridículo,
esta vez más en la sala de prensa que en el campo. Después de un partido que,
con gran generosidad por mi parte, calificaré de discreto, Xavi dijo que se
había jugado bien y que el equipo está en construcción.
Después del ridículo del
domingo, el Barça salió tan poco intenso que al minuto 1 un primera REF como el
Unionistas ya creó una oportunidad. Con menos nervio que en la primera parte
del Barbastro, el equipo iba jugando al tran tran, sin crear apenas ocasiones y
en un contraataque un jugador del equipo local, que estaba totalmente solo ante
la desidia de la defensa azulgrana, empalmó una volea imparable para Peña. La eliminatoria
se ponía muy fea, pero el equipo local se vino demasiado arriba y, aunque forzó
una nueva ocasión de gol abortada por Peña que envió la pelota a córner, acudió
con demasiado entusiasmo a rematar dejando pocos efectivos en defensa. Para colmo, tras botar el córner, el último hombre
de la defensa se equivoca al saltar sobre Joao Félix y se genera una jugada en
la que Torres avanza solo desde el medio campo, encara al portero rival y lo
bate. Fue un alivio que en esa última jugada de la primera parte los salmantinos
se comportaran como unos pardillos y se firmaran las tablas en el marcador.
En la segunda parte, el equipo
siguió jugando a lo de siempre, es decir, a nada. Pero el equipo local, al que
le costaba mantener el tono físico, iba defendiendo cada vez más atrás. Y, no por
juego colectivo, sino en dos fogonazos individuales e insospechados, el Barça marcó
2 goles. En el segundo, la defensa salmantina, más preocupada en tapar los
pasillos interiores, flotó a Koundé y al galo le salió un gran chut desde fuera
del área. Y el tercero fue una acción individual de Balde que esperemos refuerce
su alicaída moral.
Con dos goles de margen ya era
muy difícil sufrir, pero una espectacular doble parada de Peña en una ocasión
en el minuto 90 ahorró que se afrontarán los cinco minutos de descuento con la
angustia habitual. El equipo local no bajó los brazos y en esa doble ocasión
demostró que el Barça es un equipo frágil, vulnerable hasta para un primera
REF.
El domingo, nueva final para
Xavi, agarrado al resultadismo y a que quedan los premios gordos por repartir y
aún se pueden ganar tres títulos. El
Betis ha tenido toda la semana para preparar el partido y ese es un factor que
puede ser importante. No está haciendo una temporada deslumbrante, pero
R.Madrid y Girona no pudieron ganar allí. Sería una buena ocasión para que el
equipo diera el paso adelante que reclama Xavi y, con una victoria, mantuviera
el pulso en la Liga. De no ganar, ya entraremos pronto en el discurso que hasta
que las matemáticas no digan lo contrario …
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