La maldición del escorpión
de Jade (2001) es otra película de Allen bastante divertida. No hay duda de
que era un buen escritor de comedias y eso es algo más que acreditado, pero
también revela que su cine se iba agotando y entraba en una etapa más anodina,
con inevitables repeticiones en los tics de los personajes que interpretaba. De
hecho, más o menos es a partir de esta película, que no tuvo buena acogida en la
taquilla y fue la película de Allen más cara hasta la fecha, cuando empieza a
aparecer menos como actor en sus películas.
Allen es aquí un detective de
una compañía de seguros, con ese habitual punto neurótico y misógino, que no
traga a su jefa, un papel interpretado por Helen Hunt. Ambos serán hipnotizados
por un mago en un escenario durante una gala y, al oír las palabras
Constantinopla él, y Madagascar ella, su voluntad quedará anulada y obedecerán
las órdenes del mago. Cuando, después de la gala, reciban llamadas del mago, se
dedicarán a robar joyas en mansiones de la que solo ellos conocen los sistemas
de seguridad. Eso dará lugar a varios equívocos y situaciones de comedia.
Es muy destacable la
ambientación de la película, recreando de manera meritoria el año 1940 como si
fuera una película de cine negro de la época; así como el buen gusto habitual
de Allen para la banda sonora, aquí de manera más acorde con que ese tipo de
música que él acostumbra a poner es de la época que recrea la película.
Una buena comedia, lejos de los mejores títulos de Allen, pero con la que se pasa un buen rato
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