Hace muchos años que no veía Corazón salvaje. A
caballo entre una road movie, una historia romántica y un thriller, resulta
una película entretenida, aunque es una película floja comparada con otras
de Lynch.
De los thrillers rodados por Lynch, parece el más alejado de
su universo particular y, aunque hay algunos elementos surrealistas y una
conexión con El mago de Oz, es relativamente convencional al lado de Carretera
perdida, Terciopelo Azul o Mulholland Drive.
Pero, aunque sea menos densa que otras películas de Lynch, vale
la pena volver a verla. Los personajes principales están muy bien: Nicolas Cage
con su chaqueta de piel de serpiente, símbolo de su libertad, cantando canciones
de su ídolo Elvis; y Laura Dern, con aspecto de chica dulce e ingenua, pero más
caliente que el asfalto de Georgia.
Los secundarios, un cruce entre gente marginal, neurótica y psicópata,
también dan mucho juego y contribuyen a aumentar el interés de la historia que
cuenta Lynch: Harry Dean Stanton como detective poco eficaz, Issabella Rosellini
apareciendo tras un accidente de coche en medio del desierto, Diane Ladd como
la bruja mala y el villano William Dafoe. La verdad es que Dafoe, interpretando
al delincuente Bobby Perú, crea un personaje repulsivo, inquietante y turbador.
No llega para mi a la excelencia como villano desalmado y asqueroso del Frank
de Terciopelo azul, pero se acerca y es que Dafoe es muy buen actor pero
Dennis Hooper es un genio.
La película ganó de manera polémica la Palma de oro de Cannes
en 1990. Veo la lista de las películas que entraron en competición y tampoco
veo ningún peliculón. Pero, exento de imparcialidad, le hubiera dado el premio
a Cazador blanco, corazón negro.
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