Sigue la travesía por el desierto del Barça que se inició en
el mes de agosto en Getafe. Salvo el oasis de los partidos contra Betis y Amberes
que fueron seguidos, todo lo demás han sido empates, derrotas y victorias por
la mínima salvo la de la segunda jornada, ante el Cádiz, que ganaron 2-0 con un
primer gol de Pedri en el ochenta y tantos cuando el partido parecía que
acabaría 0-0.
Por ello, no solo no se puede hablar de evolución en el juego
en esta época de Xavi como entrenador, sino que podríamos hablar de involución
porque, durante el año pasado, se jugaba poco fútbol pero la solidez defensiva
del equipo era incuestionable y el mejor jugador de la Liga fue Ter Stegen.
Hoy en Vallecas se ha visto otra vez que no hay ninguna
evolución, estén o no Pedri y De Jong en el campo, felizmente recuperados en
los últimos días y que, pese a todo, han mejorado al equipo pero no lo suficiente
porque, durante la primera parte, el Barça no ha dominado el partido, no ha
tenido fluidez y no ha creado casi peligro. La línea ofensiva del equipo, salvo
algunas acciones de Lamal, se ha mostrado inoperante repitiendo la tónica de
toda la temporada. El Rayo ha apretado
con notable desgaste físico y, fruto de ese empuje, ha tenido sus mejores oportunidades
en el primer cuarto de hora con una presión avanzada. Cuando acababa la primera
parte, y en una acción polémica por posible fuera de juego, Unai López se ha sacado
de la manga un latigazo imparable desde fuera del área en una segunda jugada
tras botar una falta y la pelota, muy ajustada al palo, ha entrado en la portería.
En la segunda parte ha venido lo que, según Xavi, son
mejorías del equipo. En realidad, ante conjuntos muy inferiores y que se han
desgastado mucho físicamente en la primera parte, y sobre todo si se han
adelantado en el marcador, se cierran atrás, regalan la pelota al Barça y, pisando
campo del Rayo un 90% del tiempo, es imposible no tener al menos alguna
ocasión. Y en una de las pocas que han tenido, una internada de Balde por la
izquierda con centro al área, un jugador del Rayo se ha hecho un autogol
mientras evitaba el remate de Lewandovski. Una pelota al palo de Rafinha y un penalty
al propio jugador brasileño que el VAR no ha querido ver han sido las otras dos
únicas ocasiones claras de gol que ha tenido el Barça.
La verdad es que llega un momento crucial de la temporada. El
Barça tiene plantilla para solventar los tres próximos partidos: Porto, At.
Madrid y Girona. Pero, o abandonamos el desierto futbolístico que llevamos viviendo
desde agosto y Xavi hace que el equipo eleve el nivel, o las cosas se van a
poner muy feas, sobre todo para el propio entrenador.
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