Sinfín es una novela distópica
escrita poco antes de la pandemia por el escritor argentino Martín Caparrós. Es
la primera obra de ficción que leo de él y me ha enganchado lo suficiente para seguir
con interés un libro relativamente largo.
La obra se sitúa en 2070 y sigue
las investigaciones que una mujer hace de cómo se desarrolló la tecnología para
hacer posible lo que viene representado por un ideograma chino y quiere decir
tsian (paraíso). El tsian es la posibilidad de alcanzar la
inmortalidad aplicando una tecnología que permite, antes de la muerte física,
transferir los cerebros a dispositivos digitales y redes neuronales en los que,
si se mantiene la energía, prosigue “eternamente” la vida en un mundo virtual
separándose del cuerpo. En definitiva,
una idea tan diabólica como aquella de Shelley imaginando un doctor que, cogiendo
retales de diferentes cuerpos humanos, pudiera crear un ser vivo.
A lo largo de las investigaciones
de la narradora, y paralelamente a explicar cómo se desarrolló el tsian,
vemos la descripción que se hace del siglo XXI. Un mundo donde los avances
médicos ya han conseguido alargar la vida y que la esperanza de vida sea muy
alta; y en los que se capta que ha habido grandes convulsiones. Se han dejado
notar los efectos del cambio climático, se ha avanzado en la desigualdad y han
entrado en decadencia Europa y América mientras el liderazgo mundial lo lleva China.
Además, con un escenario tan inestable, se han desatado guerras de religión como
si hubiéramos retrocedido unos cuantos siglos y la gente experimenta al máximo el
mundo virtual en el que llega a vivir su realidad. Un escenario con visos de
verosimilitud.
El logro del tsian tiene
un relato oficial exitoso pero la protagonista descubre lo que hay detrás: gente
que sufrió y pagó con la vida conseguir ese avance además de los intereses que
había ocultos. Pero el tsian empieza a triunfar en China, todo el mundo
quiere conseguir la inmortalidad y, desde Asia, se expande por todo el planeta.
Además, después de la inestabilidad y convulsiones de las décadas precedentes, dar
el tsian a casi toda la población refuerza a los estados y tranquiliza
las tensiones entre los estados. Y mucha
gente prepara su huida al paraíso maravillada, con curiosidad y contenta.
Y, en las últimas páginas, nos
situamos en 2072. Y se revela que, aun siendo todo oscuro porque nunca se conoce al 100% el "producto"; el tsian es
una ilusión, una trampa, un timo o, sencillamente, otra forma religiosa de
entender el más allá y usada por el poder para controlar la sociedad.
Es una novela densa que especula sobre temas apasionantes (ciencia, religión,
política) y te hace pensar cómo será el mundo en un año el que ya no estaré. No
será como en esta novela, pero sin duda será muy diferente del actual y algunas
cosas que trata la novela son verosímiles.
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