Jordi me deja Lo que está en
juego, de Philipp Blom, historiador alemán nació en 1980, advirtiéndome que
no dice nada que no sepamos. Efectivamente, observo que el libro, entre otros
problemas no menores, destaca el cambio climático y la digitalización como
elementos que van a cambiar profundamente la sociedad. Y eso, en el marco de una
sociedad capitalista que entra en una espiral consumista que no puede parar porque
es su razón de ser, de crisis de legitimación de las democracias liberales y con
una dependencia aún muy grande de los combustibles fósiles y una incierta
transición energética a efectuar; trae como conclusión que lo que está en juego
es un futuro con muchos retos a afrontar, de difícil solución y que pintan un
futuro nada halagüeño.
A pesar de todo, Blom no es del todo
pesimista. Cita la pequeña Edad de Hielo del siglo XVII como una época que exigió adaptarse a
circunstancias diferentes y que naciones como Holanda se adaptaron bien y
fueron prósperas; mientras España se adaptó mal y entró en decadencia. Es
relativamente optimista porque cree que la razón ilustrada, que sirvió para
conseguir grandes avances, nos da una oportunidad para, siguiendo con el título
del libro, jugar la partida y que, más que ganar, no sea una derrota estrepitosa.
El futuro dará o quitará razones,
pero yo soy pesimista a medio y largo plazo.
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