lunes, 18 de septiembre de 2023

FRENCH CONNECTION 2


 

Tardaron cuatro años en realizar una secuela de French connection y el encargado de dirigirla fue John Frankenheimer, un tipo con algunos filmes muy interesantes como El mensajero del miedo o Siete días de mayo.

Si, en la primera película, la acción se iniciaba en Marsella pero se desarrollaba todo el resto del filme en New York; aquí la acción transcurre exclusivamente en la ciudad francesa. Popeye, policía rudo, demasiado honesto y por tanto poco inteligente, llega a Marsella y, sin que en principio él lo sepa, es usado como cebo por la policía francesa para atrapar al narcotraficante Alain Charnier, al cual le tiene ganas desde que se escapara en el desenlace del original. Popeye se muestra torpe, fastidia con su intervención la presencia de un confidente de la policía que es asesinado y se deshace de los hombres que le siguen de la policía francesa puestos para protegerle. Entonces es secuestrado por los hombres de Charnier, que le someten a un proceso intensivo de drogadicción inyectándole heroína.  Aunque lo más sensato, una vez averiguan que Popeye no sabe gran cosa de su organización, hubiera sido matarlo como debieron hacer los indios con los caballos de la diligencia, y con el pretexto que la policía lo busca y perjudica sus operaciones; los delincuentes liberan a Popeye. Una vez liberado, la policía francesa lo somete a un proceso forzado y rápido de desintoxicación. Cuando Popeye ya está recuperado, y después de tener algunos encontronazos con el mando policial Barthelemy, logran penetrar en la estructura que  Charnier tiene montada en unas calles cercanas al puerto marsellés. Charnier intenta huir, llega al puerto y sale en una embarcación pero Popeye, que le persigue por los diques, consigue finalmente tenerlo a tiro y ajusticiarlo.

No es una secuela que aporte gran cosa a lo ya visto en el original, una película de acción muy conseguida y que fue un gran éxito de taquilla, pero tampoco molesta. Empieza de manera bastante ágil cuando Popeye llega a Francia y se mantiene así hasta que es liberado después de haber estado secuestrado y sometido a las inyecciones de heroína. A partir de ese momento, la película se vuelve un poco más pesada, tanto cuando es sometido a la desintoxicación hasta la larga persecución que da lugar a desarticular la organización.

Hackman y Rey se mantienen en sus papeles actuando con la misma solvencia que en la película anterior pero, ciertamente, la película es una secuela en la que los personajes tampoco puede aportar más de lo que ya hicieron anteriormente.

 

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