miércoles, 16 de agosto de 2023

ADIÓS A LAS ARMAS

 



Adiós a las armas es una película que adapta la novela de Hemingway, dirige Frank Borzage e interpretan Gary Cooper, Helen Hayes y Adolphe Menjou.

Narra la historia de amor entre un conductor de ambulancias norteamericano y una enfermera inglesa en el marco de la I Guerra Mundial, en el frente austro-italiano pues los personajes sirven en el ejército de Italia. Se conocen, se enamoran y luego tiene que separarse no pudiendo luego comunicarse porque las cartas son censuradas y devueltas al remitente. Mientras no pueden comunicarse, ella descubre que ha quedado embarazada y se traslada a una localidad suiza. Cuando Cooper se entera, deja el ejército, se convierte en un desertor y llega a Suiza, momento en el que acaba de manera trágica el filme ya que Hayes tiene problemas con el embarazo.

La película está rodada con gran agilidad para ser un filme de 1932 y Borzage ya tenía una trayectoria muy importante en la época del cine mudo.  Si la cámara solía estar muy estática en las películas de los primeros años de la década de los 30, aquí hay un lenguaje cinematográfico más ligero y ello da más vigor a la película. Aunque la película es básicamente un melodrama, es muy destacable como está filmada una escena de un bombardeo italiano cuando Cooper deserta del ejército. El montaje y puesta en escena del bombardeo está muy bien conseguido, se palpa el horror de gente que se aleja de la zona de combate y como son acosados sin tregua.  Una muy buena escena de cine bélico.

Y luego está la parte de melodrama que ocupa la mayor parte del metraje y en la que  Borzage acentúa y eleva el dramatismo hasta cotas de máxima intensidad, como cuando la chica le habla a un retrato de Cooper en el momento en que están incomunicados, o un largo plano subjetivo de Cooper cuando se despierta después de haber sido herido, ve el techo del hospital y luego  el rostro de Helen Hayes se acerca a la cámara y la besa.  Y el final con un clímax de sufrimiento por parte de Cooper que se queda desconsolado mientras Hayes agoniza entre sus brazos, mientras se informa luego al espectador,  a través de titulares de periódicos, que el ejército austriaco ha capitulado y la guerra ha terminado.

No es que Cooper esté mal, pero siempre me ha parecido un actor justito para protagonizar melodramas. Está mejor Hayes y Menjou, que interpreta un militar italiano de la rama sanitaria en la que es cirujano, nunca he visto una película en la que no esté bien.

Un buen clásico.

 

 


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