Leo el libro El humor judío, una historia seria, escrito por Jeremy Dauber, profesor de lengua, cultura y universidad yiddish de
la Universidad de Columbia. Dauber enuncia en el inicio del libro cuáles son
los temas principales del humor judío:
El humor judío es una
respuesta a la persecución y el antisemistismo
El humor judío es una mirada
satírica a las normas sociales y comunitarias judías.
El humor judío es un juego
alusivo, intelectual, ingenio y libresco.
El humor judío es vulgar, grosero
y está obsesionado con el cuerpo.
El humor judío es mordaz,
irónico y metafísico.
El humor judío se centra en el
judío común y corriente, de a pie.
El humor judío trata de la
ambigua y difusa naturaleza del judaísmo.
Luego reflexiona, creo que de manera muy oportuna en los tiempos que corren, algunas características, no del humor judío, sino del humor en general:
El humor no siempre es divertido
El humor no siempre es bonito
ni amable
Al analizar el humor existe el
riesgo de matarlo
Y, con esta orientación, Dauber
va desarrollando su libro. Para él, ya
desde el Antiguo Testamento hay un humor judío. Aunque dice que la Biblia no es
un libro divertido, Sara se toma a guasa que, conociendo las leyes biológicas, pueda dar un hijo a Abraham, se ríe y Dios la
reprende.
Sacar punta del hecho de haber
sido un pueblo perseguido y tomárselo con humor tiene mucho mérito. Así, es
difícil de concebir en otras etnias que hubiesen programado espectáculos humorísticos
contando chistes en el mismo guetto de Varsovia. O que se haga un chiste como
éste en el campo de Treblinka:
“Alegraos, algún día volveremos
a encontrarnos en un mundo mejor: en el escaparate de una tienda, convertidos
en pastillas de jabón”.
Sería el ejemplo de chiste
desagradable (ni bonito, ni amable y relativamente divertido) pero seguramente
necesario, y hasta un cierto punto terapéutico, para aquella gente que podían
pasar de la risa al llanto ante una perspectiva nada halagüeña.
Dauber realiza un trabajo
exhaustivo buscando todas las fuentes del humor judío en todas las épocas:
Antigüedad, Edad Media, Edad Moderna, la Ilustración judía (Haskalá), siglo XX.
Y paseándose por todos los territorios
donde ha habido comunidades judías importantes: las comunidades sefarditas, la
importante población yidish de Europa del Este, los emigrantes judíos en los
Estados Unidos, etc. Y también dedica especial atención a las cómicas judías
que han tenido y tienen presencia en Estados Unidos. En definitiva, un libro con
una serie de datos, nombres y referencias aplastante y, obviamente, explicando
muchos chistes.
La parte más accesible para mi
del libro es cuando aborda la influencia de los judíos en el mundo del espectáculo
americano. Así, habla del famoso Lenny Bruce (al que conozco por el biopic de
Bob Fosse aunque me gustaría volver a verlo después de tantos años), de los
hermanos Marx, Mel Brooks, Woody Allen, y otros menos conocidos para mí,
algunos de ellos de este mismo siglo XXI ya que Dauber llega hasta la
actualidad planteándose cómo evolucionará el humor judío.
Y parece que el humor judío goza
de buena salud en Estados Unidos. La práctica del judaísmo no tanto. Al final del libro, Dauber
menciona un trabajo de 2013 en que se preguntó a los judeoamericanos qué
significaba ser judío en EEUU. Un 42% respondió que tener sentido del humor, un
23% respetar la ley judía y un 14% formar una comunidad judía. (faltaría un
21%, el autor no lo dice pero los situaremos en NS/NC).
Tal vez este chiste resuma el
sentido del humor y escepticismo respecto a la religión que muestra la
encuesta:
A un hombre le ofrecen dos
kopeks por sentarse en las afueras del shtetl y avisar si llega el mesías. Un
vecino le dice:
- - ¿Solo te pagan dos kopeks? . No es gran cosa.
- - Pues no, pero es un trabajo de por vida.
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