lunes, 10 de julio de 2023

DEMONS

 



Siguiendo con el cine de terror italiano veo Demons de Lamberto Bava, aunque con presencia importante de Dario Argento que la coescribió con Bava y además la produjo.

El planteamiento está muy bien siendo un caso de metacine (en ese sentido Bigas Luna hizo algo parecido con Angustia unos años más tarde aunque no era cine gore). Vemos una chica en una estación de metro solitaria en una escena típica de suspense y, preparados para el susto inicial, un tipo extraño con media máscara de metal en la cara le da una invitación para ir al cine. Convence a una amiga para ir a ese cine y junto a otros espectadores empieza a ver una película típica de terror italiana de la época. En esa película que ven los espectadores los protagonistas llegan a la tumba de Nostradamus y uno se pone una máscara, sufre un rasguño en la cara y a partir de ahí se convierte en un demonio. En paralelo a lo que sucede en la pantalla, una espectadora tiene un rasguño en la cara y, cuando va al lavabo, se convierte en un demonio que, cuando su amiga va a buscarla extrañada por la tardanza, la ataca produciéndose ya una cadena de ataques en que cada vez hay más demonios y menos espectadores.   

Los supervivientes destrozan la máquina de proyección parando la película a la que atribuyen todos los males y se enfrentan a los demonios. El extraño cine se convierte en una ratonera de la que no pueden escapar al estar las salidas tapiadas y van cayendo los espectadores que, cuando se convierten en demonios, regurgitan un asqueroso líquido viscoso de color azul y con los ojos encendidos en rojo y el rostro desfigurado por llagas se dedican a hacer toda serie de atrocidades entregado Bava a mostrar un gore visualmente impactante.  

Utilizar el cine como espacio claustrofóbico es una buena idea que mantiene la tensión del espectador viendo impotentes a los protagonistas que no pueden huir y alguno lo intenta por los conductos del aire acondicionado lo que me ha recordado a Alien, cuando el monstruo de desplazaba por la nave utilizando conductos parecidos. Se añade la idea que cuatro jóvenes que están en el exterior, con pinta punk y consumiendo cocaína, lleguen a un callejón del cine y, huyendo de la policía, accedan sin problemas al cine dado que una puerta se abre misteriosamente mientras los policías perseguidores quedan fuera ante la puerta que ya no se abre. Una vez dentro, los jóvenes se incorporarán a la nómina de gente poseída.

La parte final , con la huida de los protagonistas por el techo del cine, y la visión apocalíptica que las posesiones demoníacas se han extendido por la ciudad es más previsible y tópica, incluido el efecto final que se da en medio de los títulos de crédito.

Deudora, entre otras,  de películas de Lucio Fulci y Posesión infernal, la película de Bava sí aporta elementos de frescura en su planteamiento y ejecución, convirtiéndose en una película estimulante dentro del género .


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