miércoles, 19 de julio de 2023

CARTA DE AMOR DE UN ASESINO

 



Carta de amor de un asesino , dirigida por Francisco Regueiro en 1972, es ciertamente una película muy extraña, inclasificable en una mezcla de thriller con elementos de cine fantástico.

La película se abre con una violencia extrema cuando, en un bar normal y corriente, un personaje interpretado por José Luis López Vázquez y que en la trama se llama Antonio Gómez asesina con un arma de fuego a cuatro personas.

Se da a la fuga y es buscado por las autoridades según recortes de prensa que aparecen posteriormente. Serena Vergano interpreta a Blanca, la directora de una biblioteca provincial, que recibe un día una carta del asesino. Antonio confiesa en la carta que es un socio de la biblioteca, que ha acudido muchas horas y se ha fijado en ella, que el amor que siente por ella es lo único que le mueve en la vida y la justifica a pesar que ve que Blanca ni siquiera ha reparado en su existencia. Blanca conversa con Ramón, un empleado de la biblioteca interpretado por José Calvo, y éste le confirma que Antonio es socio de la biblioteca, que tiene cierto trato con él y que se trata de un hombre culto que incluso ha escrito un libro de poesía, habiendo leído Ramón algunos de sus poemas. 

A partir de aquí la película va adquiriendo un cariz más fantástico. Mientras Blanca prosigue leyendo cartas en que Antonio le sigue escribiendo que el amor que le profesa es lo único que justifica su vida, también experimenta un rechazo hacia él pero comienza a verlo en apariciones, reales o fantásticas, así como imaginar dentro de su casa cuerpos de reses despellejados o jugar con un pececito en la bañera que después descuartiza.  Blanca entabla conocimiento con el hijo de Antonio que disculpa las acciones de su padre y le dice que está junto al río escondido pero,  al día siguiente, ella va a ese lugar y resulta que Antonio está muerto, aparentemente se ha suicidado. Posteriormente, Blanca está en un bar y Antonio, en otra aparición espectral, se sitúa frente a ella y supuestamente le acaricia la mano. A la salida del bar está Ramón, personaje de gran ambigüedad en la trama, y juntos se van a su casa y pasan la noche juntos. A la mañana siguiente ella coge un cuchillo y se lo clava por la espalda mientras Ramón se está afeitando. Llegamos al final de la película y Blanca está en la cama, en la habitación de al lado vuelve a ver a Antonio, acaba de leer en su carta que solamente una vez al año los muertos viven un día, ella lo guía a su cama en la que Antonio se tumba, ella le da un beso y acaba la película. 

Sujeta a múltiples posibles interpretaciones, Cartas de amor de un asesino es una película críptica y enigmática constituyendo un film muy personal de Regueiro.  Podemos especular con que la frustración amorosa lleva a Antonio a la irracionalidad cometiendo unos asesinatos que no tienen sentido. Así mismo, que el hecho de recibir cartas de amor de alguien que ha podido perpetrar un crimen tan bestia perturba a Blanca , también frustrada desde el punto de vista sentimental al mantener una relación adúltera con el marido de una amiga, al punto de hacerle perder sus facultades mentales.  

Podríamos también hablar de un proceso de vampirización del personaje de Bergano por parte de López Vázquez utilitzando la violencia para exorcizar al demonio de las frustraciones u otra idea que da la película es la asociación entre sexo y muerte.

En cualquier caso, todas estas conjeturas se dan en un film con muy buena puesta en escena: esas apariciones espectrales de  López Vázquez como una detrás de un cristal con formas irregulares,  ese pececillo nadando plácidamente al principio de la película y luego descuartizado, ese matadero en que se convierte la casa de Blanca en medio de sus alucinaciones … todo ello da un clima de intranquilidad y angustia que da fuerza y vigor a la película. 

Carta de amor de un asesino es una película muy atípica y muy interesante.


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