viernes, 30 de junio de 2023

NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTÉ SOLO

 


José Luis López  Vázquez es uno de los más grandes actores que ha dado el cine español y No es bueno que el hombre esté solo es una de las mejores actuaciones que le he visto.

López Vázquez es un empleado cualificado en una empresa naviera y, habiendo quedado viudo, convive con una muñeca como si fuera su mujer, duerme junto a ella, la saca de paseo, le habla e incluso ha incorporado un reproductor de cassette con una voz femenina para simular dialogar con ella. Tiene una vecina interpretada por la recientemente desaparecida Carmen Sevilla cuya hija descubre la existencia de la muñeca y su extraña convivencia. Avisada por su hija, Carmen Sevilla, que trabaja como chica de alterne y tiene un chulo interpretado por Máximo Valverde que la pega frecuentemente aunque está colgada de él, ideará un chantaje que pasa por algo más que el dinero, se convertirá de cara a los demás en su mujer para obtener beneficios para ella, su hija y su chulo.

Pedro Olea lleva muy bien la película, vamos descubriendo poco a poco y de manera minuciosa el tipo de vida que lleva el protagonista. López Vázquez no es retratado como un loco sino como alguien que pretende llevar un tipo de vida nada convencional huyendo de la sociedad y lo único que pide es que le dejen en paz. Así, en el trabajo hay continuas presiones para conocer a su mujer y, en un momento en que para en el arcén de la carretera con la muñeca como copiloto, unos policías de tráfico le abordan y piden la documentación por estacionar en sitio prohibido y, milagrosamente, salva la situación sin que los policías se percaten que no hay una mujer de carne y hueso en el asiento. Al regresar a casa le dirá al maniquí que no podrán seguir saliendo de casa.

Dentro de la rutina que llevan en casa, la mejor escena es cuando López Vázquez, disfrazado un poco al estilo de Joel Gray en Cabaret, interpreta un número de varietés para la muñeca que pasa por ser su mujer  y otra muñeca a la que da trato de hermana de la primera.

Curiosamente, empezará a causar mejor impresión en la empresa cuando Carmen Sevilla, con su atractiva presencia, se haga pasar por su mujer. Esa mayor aceptación tiene como origen una extorsión y, por tanto, supone una gran mentira que se tragan sus compañeros de trabajo.

El chantaje al que el protagonista es sometido por parte de Sevilla y Valverde, y a pesar de que va cediendo a todas sus demandas, tensionará finalmente a López Vázquez que estallará de forma violenta contra los extorsionadores. Y acudirá a una fiesta en la que él es el homenajeado, y a la que en principio hubiera ido con Sevilla, con la acompañante con la que de verdad quiere estar y que es la muñeca.

No es bueno que el hombre esté solo es una ácida reflexión sobre la libertad individual,  los convencionalismos sociales y  el dolor de la pérdida de un ser u objeto querido.  José Luis López Vázquez está soberbio en la película y Carmen Sevilla está correcta en un papel muy alejado de aquellos por los que se la empezó a conocer en los años 50.

 


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