martes, 6 de junio de 2023

LA, LA, LAND


 

La, la, land parece un intento de resucitar el cine musical de corte más clásico que, por los premios recibidos y críticas por lo que veo casi unánimes, tuvo bastante éxito. 


Sin embargo, a mí me ha parecido un fiasco de película, de una absoluta vulgaridad y me sorprende su éxito y que, en cambio, el remake de West Side Story de Spielberg, que incluso supera el original de Wise, pasará con más pena que gloria, tanto en taquilla como en la crítica.


Para empezar, una película musical ha de tener números musicales que valga la pena recordar y es que en La, la, land no hay ningún número musical mínimamente aprovechable. Por ejemplo, en un musical clásico como Bodas reales, la película en conjunto podía ser un coñazo pero solo con ver dos números, el de Fred Astaire bailando con un perchero y luego otro haciéndolo sobre las paredes y techo de una habitación, ya servían por sí solos para ver la película.  En La, la , land el argumento es un coñazo, tópico y previsible, el de toda la vida de chico conoce chica salpicado con un desarrollo insulso en el que ambos quieren conseguir cumplir sus sueños (la chica triunfando como actriz y él como pianista de jazz con el estilo del be bop de los años cincuenta) y salpicado por algún detalle como una localización de Rebelde sin causa para remarcar el carácter nostálgico de la cinta.  


Otro problema de la película son los protagonistas, especialmente Ryan Gosling , el intérprete masculino. No sé si en otros registros pueden dar más como actores pero en esta película, ni en la parte vocal ni en la de danza, consiguen un resultado remarcable.


El inicio en la autopista en un número coral podrá reflejar muy bien la vida en Los Ángeles y los atascos en sus autopistas, pero la puesta en escena es una imitación no demasiado inspirada de alguna película de Jacques Demy. 


La crisis de pareja está tratada de un modo tan pobre que se sitúa a años luz de la relación mostrada entre Robert De Niro y Liza Minnelli en New York, New York, también un musical de dos personas que buscan el éxito,  luego se separan  y alcanzan por separado los objetivos profesionales que perseguían. 


Tampoco el final, en el que se ve otra posible película en cuanto a cómo les hubiera ido a los personajes de haber cambiado la manera de conocerse ( en plan universo paralelo), resulta original. Como mínimo una idea así ya aparece en una película de Edgar Neville, La vida en un hilo, de los años 40.


Todo lo visto en La, la , land ya se ha hecho antes  y tampoco he observado ningún elemento destacable ni que sobresalga en un tono plano y, a ratos, tedioso.   

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