Otra tragedia de Eurípides y otra muestra de absoluto pesimismo sobre la condición humana.
Afrodita odia a Hipólito, hijo de Teseo, por considerarla una diosa insignificante y ser él un casto varón. Insuflará la llama del deseo a Fedra, esposa de Teseo, para que se insinúe a Hipólito que la rechazará. Fedra se suicidará pero acusará falsamente a Hipólito de haberla seducido y Teseo, airado por la muerte de su esposa, culpará a su propio hijo Hipólito, lo desterrará y eso conllevará posteriormente su muerte. Artemis explicará a Teseo lo injusto que ha sido y que fue Afrodita quien urdió toda la trama que ha acabado de forma trágica. E Hipólito perdonará a su padre mientras agoniza.
Al parecer, no cuenta obrar justamente y tener un comportamiento irreprochable. Engañados por los dioses, los hombres y mujeres son caprichosos, volubles, influenciables, imprudentes... E Hipólito pagará con su vida el torbellino que se desata a su alrededor.
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