miércoles, 10 de mayo de 2023

LA LEY DEL TALIÓN

 


La Ley del talión es el título, traducido de manera poco literal, del western titulado originalmente The last wagon. A pesar de la traducción, el título español se puso de manera oportuna atendiendo al final de la película en el que se discute cómo se aplica el mismo principio de justicia retributiva desde la óptica de los comanches o de los colonos que llegan al territorio de Arizona en el último tercio del siglo XIX. Y es que una de las particularidades de este apreciable western es mostrar el choque de civilizaciones, inserto en lo que podríamos llamar películas pro-indias que se empezaron a rodar en los años cincuenta siendo una de las primeras Flecha rota, también del mismo Delmer Daves, un buen especialista del western. 

Richard Widmark es Comanche Todd, un mestizo fruto de padre blanco y madre comanche. Todd ha vivido con el pueblo de su madre y, al principio de la película, es perseguido acusado de asesinato por un sheriff y sus ayudantes. Más tarde sabremos que Todd ha asesinado a sangre fría a aquellos que a su vez mataron a su mujer y sus hijos. Apresado por el sheriff después de una vibrante persecución en que sus ayudantes son abatidos por Widmark, se unirán a una caravana de colonos que será atacada por los apaches mientras una chica (Felicia Farr) y cuatro  adolescentes de la caravana, al haberse ido a bañar al río de madrugada, salvan la vida. Todd salva también milagrosamente la vida y, junto a la chica y los adolescentes, emprenden un viaje a través de territorio hostil escapando de los apaches.

 Todd no reniega de la vida comanche y sufre del racismo de algunos de los adolescentes con prejuicios raciales y en contra la mezcla de razas. Salvará a los chicos de morir en un territorio hostil por su conocimiento del territorio ( al escuchar un aullido,  Todd comentará que después de veinte años distinguir si lo ha emitido un coyote o un apache te salva la vida) y logrará ponerlos a salvo, tras un fuerte acoso apache,  en un fuerte del ejército. Allí rendirá cuentas ante la justicia, encarnada en el mando principal del fuerte como juzgado unipersonal y quedará claro que el principio de justicia de ambas comunidades es el mismo, si bien la manera de ejecutarlo es diferente y, además, las posibilidades que un indio obtuviera justicia cuando su mujer e hijos habían sido asesinados por hombres blancos eran nulas. El juez, oyendo  al acusado y valorando la prueba testifical de los chicos que han perdido los prejuicios que tenían contra él y alaban su comportamiento, suspenderá la ejecución y lo deja bajo custodia de Felicia Farr, lo cual no era mala cosa.

 Widmark está espléndido en su actuación, que presenta diferentes matices como hombre de acción, reivindicando el orgullo indio, firme en sus convicciones, solidario y protector respecto a los jóvenes. Y Widmak resulta simpre convincente. Daves filma con destreza, haciendo un buen uso del paisaje y del Cinemascope demostrando que fue un gran director de westerns.   


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