Arreglo de cuentas en San Genaro (1966) es una divertida comedia
italiana, dirigida por Dino Risi, con dos actores italianos importantes en el
género: Nino Manfredi y Totó, que moriría un año después; una actriz austriaca ahora
octogenaria llamada Senta Berger y Harry Guardino, el teniente Bressler de Harry
el Sucio.
Sería
una comedia que pertenecería al subgénero de atracos, que tuvo en Italia como
máximo exponente Rufufú y, aquí en España, Atraco a las tres de
Forqué. Los protagonistas pretenden atracar, nada más y nada menos, que las
joyas que constituyen el tesoro de San Genaro en la catedral de Nápoles. Guardino
y Berger son americanos que se desplazan a Nápoles con ese fin, contactan con
un viejo capo que está en la cárcel llamado Don Vincenzo interpretado por Totó,
y este les recomienda para el trabajo un mafioso local, interpretado en clave
de comedia por Manfredi, con una cuadrilla de tipos que tienen todos los
tópicos que se esperan de gente del hampa napolitana. Consumado el atraco, en
medio de algunos momentos caóticos y con la ciudad pendiente de un festival de
canción napolitana, las traiciones del clan provocan un final feliz para el
santo, que recupera su tesoro.
No
se puede decir que sea un gran filme de Risi. Hay algo de crítica social
respecto a la santurronería de la sociedad napolitana que provoca algunas
escenas divertidas, pero no se consigue un filme de primer nivel. El reparto
cumple, Totó es divertido en su pequeño papel, Manfredi era un actor muy
consagrado, Senta Berger da una presencia femenina contundente y Guardino sería
la parte más débil.
Filmada en exteriores napolitanos que dan mucha luminosidad al filme, quedando descrito ese mundo popular y ruidoso de la ciudad partenopea, es un buen entretenimiento, aunque lejos de las mejores películas de su director
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