miércoles, 11 de septiembre de 2024

IL SORPASSO

 

Alberto Crespi, para hablar de la época del despegue económico en Italia, escoge Il sorpasso (1962), una road movie mítica dirigida por Dino Risi y que sirvió de inspiración a Dennis Hooper para rodar Easy rider, como el propio actor y realizador estadounidense refirió.

Inicialmente, la película tenía que protagonizarla Alberto Sordi, pero la producción no fue a cargo al final de Dino de Laurentiis que tenía a Sordi bajo contrato y eso propició que Vittorio Gassman se hiciera con el papel empezándose a rodar la película, con las primeras escenas en una Roma desierta durante el Ferragosto, sin el otro protagonista del filme. Finalmente, se escogió a Jean Louis Trintignant por aquello que era una coproducción francoitaliana, obteniendo en principio mucho más éxito en Francia que el país transalpino.

Durante el día de Ferragosto, Bruno Cortona (Vittorio Gassman), un hombre próximo a los cuarenta años, recorre la ciudad vacía de Roma en un descapotable y quiere hacer una llamada telefónica. Ve desde una ventada que alguien lo mira y se trata de un joven estudiante de Derecho llamado de Roberto Mariani (Jean-Louis Trintignant). Tras una confusión ya que Roberto no es capaz de hacer la llamada con las indicaciones que le da desde la calle, Bruno sube y le convence para acompañarle un rato cerca de Roma y romper la monotonía del estudio. Roberto acepta y lo que iba a ser un momento de asueto se convierte en un par de días aproximadamente de viaje hacia la Toscana, obteniéndose una radiografía de la Italia de aquel momento del desarrollismo.

La película tiene mucho nervio ayudado por esa interpretación histriónica de Gassman, conduciendo de forma alocada y temeraria el descapotable Lancia Aurelia, modelo que había salido al mercado ocho años antes del rodaje, mientras toca obsesivamente el estridente claxon del automóvil. Seguramente el papel de Gassman, histriónico, locuaz, desmedido e irresponsable era más agradecido que el de Trintignant, estudiante tímido y formal, pero la historia exige una interpretación como la que hace el actor francés, comedida y contenida mientras no puede dejar de sentir una atracción, finalmente fatal, por la personalidad de su compañero de viaje. Es Bruno quien lleva las riendas de la acción, él conduce, persigue turistas extranjeras, echa caradura a todas sus acciones y sabemos más del personaje al conocer a su exmujer y una hija que tuvo cuando era muy joven. También conocemos más del personaje de Roberto a través de una visita que hacen a unos tíos suyos.

Además de los valores cinematográficos de la película, Crespi destaca su importancia como un documento que, si viera un futuro arqueólogo, le serviría más que leer muchos libros para ver cómo era esa Italia del principio de la década de los sesenta. Una Italia en la que se empieza a desarrollar el parque automovilístico como se ve cuando los protagonistas circulan o se paran en gasolineras y en la que faltaba mucha educación vial. Crespi da el dato que en 1962 los muertos en carretera fueron superiores a los producidos, por ejemplo, en 1985.

También la banda sonora está muy cuidada y ofrece una muestra de lo que se consumía en aquel momento, desde el ahora ya clásico Quando, quando, quando al ritmo del twist en Guarda come dondolo, que Gassman baila de manera desenfadada.

Y todo esto en una Italia en la que se empieza a desarrollar el consumismo, cosa que vemos con unas calles vacías a mediados de agosto en Roma mientras Gassman conduce por la Plaza España o delante del Vaticano. La gente está de vacaciones y ha empezado a incrementarse el turismo, tanto interior como el exterior que representan unas alemanas a las que los protagonistas siguen durante un rato.  Y junto al desarrollismo que comporta un mayor bienestar, el personaje de Gassman experimenta un aburrimiento y tedio que le lleva a romper y adoptar una determinada actitud ante la vida, admirada por Trintignant. Una alienación como la que tienen los personajes de los filmes de Antonioni, que aquí sufre la burla de Risi cuando hace decir al personaje de Gassman que ha visto El eclipse por ser película de moda y se ha quedado dormido.

Imprescindible.

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