sábado, 16 de marzo de 2024

LA GRAN GUERRA

 

Alberto Crespi realiza una elección bastante obvia y, para hablar de la I Guerra Mundial en el cine italiano, escoge La gran guerra (1959) de Mario Monnicelli.  

La acción se inicia en un centro de reclutamiento y como allí se conocen dos personajes: un idealista anarquista de origen milanés llamado Giovanni y un timador proveniente de Roma llamado Oreste. Oreste fingirá poder interceder por Giovanni ante el oficial de turno y le sablea 20 liras en un inicio cómico. Cuando poco después se reencuentren, primero hay tensión tras una persecución por parte de Giovanni recriminándole el timo, pero luego comprueban que tiene en común una indiferencia hacia el conflicto, nulo patriotismo y ganas de escaquearse, por lo que se hacen camaradas.

El tono cómico prosigue con escenas como, por ejemplo, cuando están tendiendo unas líneas telefónicas y acaban contactando con el ejército austríaco en vez del italiano; pero también convive con describir la realidad del conflicto, las duras condiciones en el frente, así como las inevitables pérdidas humanas. Y, en algunos momentos, el tono es tragicómico, como cuando una gallina se pasea en la zona de nadie entre las trincheras italianas y austríaca siendo codiciada por los soldados de ambos ejércitos.

Giovani y Oreste, siempre dispuestos al escaqueo, se presentan voluntarios para una misión de mensajería y se duermen en un pajar. La ofensiva de los austríacos hace que, al despertarse, esa zona haya sido ocupada y son hechos prisioneros. Debido a la torpeza de Oreste, el comandante austríaco se entera que ellos conocen el lugar exacto en el que el ejército italiano construirá un puente. Amenazados con ser fusilados si no revelan el lugar, y con la misma dignidad que el general de la Rovere de Rossellini, preferirán ser fusilados. En una última gran escena, veremos el contraataque italiano, como los compañeros especulan sobre la posible deserción de los protagonistas y como yacen los cadáveres mientras avanzan las tropas italianas. Mientras que para todo el mundo fueron unos bribones simpáticos, nadie sabrá que murieron como héroes trágicos

Por supuesto, uno de los activos importantes de la película es contar con dos monstruos como Vittorio Gassman y Alberto Sordi, con un papel también para Silvana Mangano, interpretando a una joven prostituta que tiene una relación con Gassman. Y otro activo es el guion de Luciano Vicenzoni y la dirección de Monnicelli, con ese equilibrio entre humor y drama para explicar un acontecimiento histórico tan importante para Italia como la I Guerra Mundial, que influye directamente en el advenimiento del fascismo cuatro o cinco años después.

Crespi destaca el tratamiento de la película desmitificando la épica con la que la monarquía italiana, y luego el fascismo, trataron el conflicto. No solo  en los protagonistas, sino que tampoco en el resto de la tropa, ni en los oficiales, hay un ánimo patriótico por luchar y eso se podría extender a otros países en conflicto; los políticos iban por un lado llevando a Europa al desastre, pero la gente del pueblo fue la que, con poco entusiasmo, pagó el horror en el campo de batalla.

Por ello, fue una película incómoda y que tuvo dificultades para recibir apoyo en los medios oficiales del país hasta que el entonces ministro de Defensa, Giulio Andreotti, leyó el guion y allanó el camino para que se recibiera el apoyo logístico necesario por parte del ejército.

Crespi destaca otra cosa importante que muestra la película. Vemos que, de los dos protagonistas, uno es romano y otro milanés. Pero hay compañeros de otras regiones de Italia, y en la película se pone de manifiesto. Crespi explica la importancia que tuvo el conflicto para acercar gente de distintas partes de Italia que vivían muy aislados unos de otros. Siendo un país joven, con solo unos cincuenta años de existencia, el hecho que en el frente convivieran centenares de miles de soldados de toda Italia contribuyó a forjar una conciencia nacional en las trincheras del campo de batalla.

Película imprescindible por su importancia histórica y por ser una gran película.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

MÁS RÁPIDO QUE EL VIENTO

  Más rápido que el viento (1958) es un western que tiene muchos puntos atractivos. Dirigido por un competente Robert Parrish, vi que en el...