martes, 30 de enero de 2024

MUERTE AL AMANECER

 

Muerte al amanecer (1957), de Josep Maria Forn, es una de aquellas películas que configuraron un cine negro a nivel español y, más en particular, barcelonés, pues fueron muchas las películas con localizaciones en Barcelona o zonas próximas hechas por estudios y equipos técnicos que radicaban en Cataluña.

En esta película, el argumento empieza con un hombre que está en un hotel de Sitges y la policía viene a detenerlo. Conducido por automóvil a Barcelona pasando por las costas de Garraf, coqueteará con la idea de abrir la puerta del coche y lanzarse en un buen inicio del filme. Llegado a Barcelona, escapará de la policía aprovechando que uno de los agentes es un exfutbolista que está lesionado para correr y se empieza a desarrollar la trama. El hombre que ha huido de la policía está acusado del asesinato de su padrastro pero, en realidad, es el típico caso tantas veces mostrado en el cine de falso culpable. Una oscura trama de intereses de varias personas confluye sobre lo que, en realidad, ha sido una muerte accidental. Y entre estos intereses, y para que no se active una póliza de seguros, figura un inspector de una compañía aseguradora investigando de forma paralela a la policía e introduciendo pruebas falsas para que haya un culpable y la compañía quede exonerada de pagar la indemnización, además de realizar méritos para trabajar en la matriz de la sociedad ubicada en Suiza.

El protagonista del filme es Antonio Vilar, un actor portugués que se pasa la película angustiado pues escapa de la policía pero él mismo desconoce si ha sido el asesino al sufrir crisis amnésicas. Un personaje azorado, perdedor de manual de película de cine negro que no puede escapar a su destino fatal. Pero, aunque Vilar está bien, el personaje más interesante de la película es el inspector de seguros, muy bien interpretado por José María Rodero, con retorcidos propósitos y escasa moralidad, que no duda en fabricar pruebas falsas marcándose un Quinlan, por citar al célebre inspector de Sed de mal

La trama de la película es sinuosa, complicada de seguir al ser compleja y con múltiples focos (la policía, la aseguradora, el inculpado, familiares del difunto) pero entretenida. Me ha gustado especialmente el inicio en las costas de Garraf y el desenlace en el puerto de Tarragona.

Es una película interesante de un género a reivindicar por ser muy cercano a nosotros y tener una calidad media aceptable. Son películas que hubieran mejorado de no vivir en un período de censura pues el cine negro siempre muestra corrupción y aquí tenían que ser contenidas, pero suelen verse de forma bastante amena. 

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