jueves, 25 de enero de 2024

ATHLETIC 4- BARÇA 2

 

Se van agotando las opciones para ganar títulos. En diez días se han perdido dos: Supercopa y Copa. Los primeros que ven con espanto una temporada en blanco son Xavi y Laporta. Solo así se entiende que empezaran a contar, como hacia Núñez en los años ochenta, los puntos que tenemos de menos, y de más el Madrid, por influencia arbitral. Resultó escandaloso como un árbitro novel en primera, y que debutaba en el Bernabéu, fuera manipulado por el árbitro del VAR y perjudicara ostensiblemente al Almería. Pero el problema del Barça es que no ha jugado bien a fútbol en toda la temporada y, si no juegas bien, la calidad individual de los jugadores te salva ante Betis y Osasuna, pero no ante rivales con más nivel como el Athletic ayer. Y, además, estando vivo el caso Negreira, mejor sería que presidente y entrenador mantuvieran un perfil bajo al hablar de los árbitros.

La puesta en escena fue horrorosa. Gol del Athletic a los 30 segundos del pitido inicial, con una falta de concentración absoluta de una defensa de mantequilla. Cuando a un equipo, en varios partidos de la temporada, le meten un gol en el primer o segundo minuto es que el entrenador tiene gran parte de culpa.

Tras este desconcertante, por repetitivo, inicio de partido, el Barça hizo una primera parte que podríamos calificar de aceptable. Pedri y Ferran lo intentaron y, estaban pisando área e incomodando a la defensa vizcaína cuando un defensa, en el intento de despejar el balón, lo estrelló contra la bota de Lewandovski que había ido a bloquear el despeje y el Barça empató el partido. Con tablas en el marcador, una gran jugada individual de Lamal por la banda derecha, tras regate y disparo al segundo palo con la izquierda, propició el 1-2. Sin hacer un partido del otro mundo, el Barça encaraba la segunda parte con ventaja en el marcador.

Pero en la segunda parte del Barça fue muy mala. Principalmente, hay que señalar que nuestro centro del campo ( Pedri, De Jong y Gündogan) no tiene jerarquía, ni para gobernar el partido, ni para hacer un buen balance defensivo, ni para surtir de buenos balones a los delanteros y, en definitiva, fracasa cuando el rival tiene un poco de entidad. Si cogemos de manera individual a cada uno de los tres jugadores, no hay duda de su calidad futbolística y, por tanto, que jueguen mal se debe a la ineptitud de su entrenador.

El Athletic empató al inicio de la segunda parte. Ante la mirada ausente de Kounde, Nico Williams tuvo tiempo para poner un buen centro que Sancet, ante la pasividad de De Jong, remató de cabeza con acierto a la red. El Athletic se mostraba mucho más intenso y sus aproximaciones llevaban más peligro al área de Peña mientras que el Barça iba cediendo terreno ante el empuje y derroche físico bilbaíno. No obstante, Lamal tuvo dos oportunidades de oro para poner el 2-3. Primero se quedó solo en un contraataque muy rápido después de una asistencia de Lewandovski pero el portero se le echó encima y no pudo precisar el disparo. Y, a cinco minutos del final, un error infantil de un defensa hizo que Lamal robará la pelota, sorteará al portero y, con la pierna derecha, no acertara a rematar a gol. Fueron dos ocasiones muy claras, no fruto del buen juego, y que tampoco se pueden reprochar a Lamal que, con 16 años, bastante está haciendo.

En la prórroga, aunque los dos equipos estaban muy cansados, se veía más grande al Athletic y más pequeño al Barça. Un balón perdido por Sergi Roberto dio lugar a una jugada que culminó Iñaki Williams e hizo justicia a un Athletic que fue a por el partido de manera más decidida, con más empuje y el aliento de su afición. A partir de ese momento, el Barça fue un quiero y no puedo, prácticamente sin crear una ocasión hasta que Nico Williams apuntilló el 4-2 en el último minuto.

Hay que destacar a los jóvenes que jugaron ayer. Lesionado Balde, asumió el papel de lateral Héctor Fort e hizo un gran partido, con un desgaste físico que le llevó a acabar acalambrado y casi sin moverse. La lesión de Christiansen dio lugar a que volviera a jugar Cubursí que, con 17 años recién cumplidos y en un escenario como San Mamés con lo que había en juego, cumplió perfectamente cuajando una buena actuación. También Guiu puso empuje y coraje demostrando que estos jóvenes tienen ilusión mientras gente como Gündogan y Lewandovski, con fichas millonarias, están de vuelta en el mundo del fútbol.

Ahora tenemos cuatro partidos ante equipos mal clasificados: Villarreal, Osasuna, Alavés y Granada. Nada a ganar y mucho a perder. De ganar estos partidos, Xavi y Laporta se agarrarán al hilo de esperanza que se puede luchar la Liga, aunque no sepamos muy bien cómo, con las prestaciones que da el equipo, vamos a ganar en el Bernabéu, San Mamés, Metropolitano y Montilivi. De tener algún tropiezo, será ya imposible no pensar que la temporada acabará en blanco.

 

 

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