jueves, 28 de diciembre de 2023

EL AUTOESTOPISTA

 

El autoestopista (1953) es una película de serie B, dirigida por Ida Lupino, basada en hechos reales y que tiene un inicio fulgurante, en la línea de la obra maestra en que intervino Lupino como actriz unos trece años antes cuando protagonizó, junto a Bogart, El último refugio.

A través de las piernas de un hombre, y los bajos de unos vehículos, vemos en dos secuencias rápidas unas muertes violentas, junto a una carretera, por acción de un hombre que hacía autostop. Y los titulares de los periódicos nos informan que un peligroso criminal, extremadamente cruel y sanguinario, se ha evadido de una prisión. Dicho individuo interceptará a una pareja de amigos que han decidido ir a divertirse un fin de semana y los secuestrará, obligándoles a cruzar la frontera con México, adentrase en una zona desértica, hasta llegar a un pueblo en el que quiere encontrar refugio.

Señalada como pequeña joya del cine negro de serie B, es una buena película, pero encuentra su limitación en que, a partir del secuestro, no hay ningún aliciente más en la película que esperar a ver cómo se produce el desenlace. Es convincente la crueldad del criminal, interpretado por William Tallman, y no tanto la pasividad de los personajes de Edmond O’Brien y Frank Lovejoy que solo intentan huir una vez. Aunque la película sea corta, unos setenta minutos, el planteamiento del secuestro ya se ha hecho a los diez minutos de metraje y, aunque hay una buena tensión esperando cómo quedará reducido el criminal, resulta insuficiente para que podamos hablar de una gran película.

 

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