Angustia de silencio es un
giallo de Lucio Fulci bastante logrado, en el que logra mantener la
tensión narrativa y el interés después que la película va evolucionando hasta encontrar quién es el culpable de los asesinatos
En un pueblo del Mezzogiorno
italiano empiezan a aparecer cuerpos de niños preadolescentes que han sido asfixiados. Las autoridades investigan y empiezan a
aparecer diversos sospechosos como el tonto del pueblo, una bruja que se dedica
a hacer vudú, el sacerdote del pueblo o
una pija de Milán que se ha refugiado en ese pueblo tras tener problemas con
las drogas.
Fulci da un tono adecuado ya, en
las primeras escenas, con la aparición de los restos de una mano (de un cadáver
que es el hijo de la bruja, muerto mucho antes que empiece la acción de la
película) o unas agujas que se clavan en unos cuerpos de muñecos de niños en un intento de hacer vudú. O
con una escena de la pija, totalmente desnuda, tentando a un niño de unos doce
años que luego será una de las víctimas. Crea un clima inquietante y también
explota el mundo de la ignorancia y superstición de un pueblo no muy grande del
Mezzogiorno cuando los lugareños se ensañan con la bruja a la que, después de
haberse cometido tres asesinatos, se señala como principal acusada. Las
investigaciones son llevadas a cabo por un policía no especialmente avispado y
un periodista que tendrá más éxito y participará en el momento final de la
película desenmascarando al asesino. Por supuesto, unas gotas de efectismo en
forma de planos truculentos siempre encajan bien en una película de este tipo.
Angustia de silencio es un
giallo con buenos detalles y no decae el interés de la película desde el
primer asesinato hasta la resolución final.
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