lunes, 3 de julio de 2023

LA LEY DE LA HORCA

 


La ley de la horca, inexacta traducción  del título inglés Tribute to a Bad Man, es un western dirigido por Robert Wise en 1956. Resulta un tanto atípico por los protagonistas. James Cagney no se prodigó mucho en el western, creo que solo hizo tres, y además dos de ellos en la parte final de su carrera, en los años 50. Y, por lo que se refiere a la protagonista femenina, tampoco Irene Papas apareció en muchos westerns, diría que en ninguno que no fuera éste y que supuso  su carta de presentación en Hollywood. 

Es un western que tiene mucho de melodrama, un poco en el estilo de Johnny Guitar que no sabes si tiene más peso como melodrama o como western.

En cualquier caso, hay elementos de western puro. Cagney es un terrateniente, dedicado a la cría de caballos en Wyoming, lejos de cualquier ciudad, y ha hecho su fortuna siendo implacable con quien ha intentado robarle ganado habiendo ahorcado, por supuesto sin previo juicio, a muchos desdichados que han merodeado por su territorio.  Es un hombre duro y que impone su ley sin ninguna garantía, de manera fría y sin ningún remordimiento.

Convive con el personaje interpretado por Papas,  una chica de saloon que tuvo problemas, cayó enferma y Cagney se ocupó de ella. La relación no acaba de funcionar porque a Papas no le gusta la dureza de Cagney, cree que cada vez que ahorca a un hombre algo muere dentro de él, se va pudriendo y deshumanizando. La llegada de un muchacho, que proviene de Pensilvania y es contratado por Cagney  después que éste pase un apuro ante unos ladrones de caballo y necesite su ayuda, removerá la relación entre Cagney y Papas. Al chico le pasa lo mismo que a Papas, no concibe que se pueda apresar a unos presuntos delincuentes y se les ajusticie sin entregarlos a las autoridades. La atracción entre el chico del este y la compañera de Cagney hará que se replanteen un futuro juntos y lejos de aquellas tierras. Finalmente,  Cagney se humanizará. Iba a ahorcar a unos hombres, pero cambiará la ejecución por un castigo consistente en extenuarlos haciéndoles caminar millas con los pies descalzos para, al final, dejarlos marchar. Con este cambio de actitud, logrará recuperar a Irene Papas en un final feliz.

Contar con James Cagney es una garantía.  Este gran actor funciona tanto en la parte de cine de acción en plan tipo duro, como en la parte más melodramática de la historia. E Irene Papas también resulta muy convincente en su papel. Las interpretaciones, más la música de Miklos Rozsa, la fotografía de Robert Surtess, la dirección de Robert Wise … hacen una película sólida y agradable de ver.

  


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