Asentir o desestabilizar.
Crónica contracultural a la transición es un libro de Rafael Chirbes que
recoge artículos periodísticos escritos en plena transición, desde 1975 a 1980
aproximadamente. En aquella época, Chirbes se dedicaba sobre todo a la crítica
literaria en revistas con poca difusión y aún estaba lejos de convertirse en
novelista no apareciendo Mimoun, su primera novela, hasta 1988. La
mayoría de los artículos son críticas literarias aunque también los hay de
crítica cinematográfica.
Chirbes explica algunas cosas que
hoy ya nos parecen muy lejanas pero en aquella época se amenazaban librerías,
se cometían atentados contra algunas, se secuestraban libros o la censura
provocaba retrasos en la edición de libros con respecto a Hispanoamérica (así,
Chirbes celebra con entusiasmo la publicación en España de Si te dicen que
caí de Marsé).
Por otro lado, Chirbes es crítico
con la transición. Se muestra escéptico con las primeras elecciones
democráticas en junio de 1977 para acabar concluyendo que lo mejor es, sin
entusiasmo, coger al azar cualquier papeleta de un partido de izquierda y meterlo en la
urna. Tal vez tenía la percepción que aquello era muy raro, los mismos
tribunales, la misma policía, incluso algunos políticos franquistas
reconvertidos en demócratas; ¡y en 19 meses España había pasado de una dictadura
a una democracia!. Chirbes parece preguntarse si realmente se estaban cambiando
las reglas del juego. El valor que tienen estos artículos es que esta mirada
muchos la pudieron tener posteriormente pero él ya la tiene en los años más
decisivos de la transición y la prueba son estos artículos.
También es sumamente crítico con
el editor Lara y su famoso y bien dotado premio Planeta. Ataca a Lara por la
dudosa calidad de muchos de los libros que fueron premiados en una operación más
propia de la mercadotecnia que de promoción de la literatura. Un pacto entre
capital y cultura en el que, como es
lógico, si alguien compra es porque alguien está dispuesto a vender, y por eso critica a gente como Jorge Semprún que fue uno de los galardonados en aquella
época con un libro, según Chirbes, mediocre. La crítica va más allá del famoso premio,
cuestiona toda la industria editorial tal como se va a desarrollar y que tuvo a
Lara como actor destacado. Así, cuestiona el hecho que el libro se convierta en
artículo de consumo de masas, fácil de consumir y de olvidar. Siguiendo con
Lara, se comenta como edita un libro que Chirbes califica literalmente de
engendro y que escribió un hombre que estuvo hace muy poco de moda en una
moción de censura: Ramón Tamames.
Chirbes se muestra perspicaz
cuando, pocos meses después que se empiece a editar EL PAIS, allá por el años
1976, capta de dónde viene este medio periodístico que marcó la transición y a
qué intereses servía. La mirada de Chirbes es, pues, profética tanto en la política, industria editorial,
medios de prensa ….
Aun teniendo en cuenta las
pinceladas políticas, el libro está dedicado sobre todo a crítica de libros e
interesan más o menos sus artículos en función del grado de conocimiento de los
autores de los libros que comenta que, en algún caso, es de desconocimiento absoluto
por mi parte. Por ello, a ratos el libro interesa más o menos. Queda claro que
alguno de sus escritores favoritos son Galdós, Marsé, Aub, Delibes, Martín
Santos, Carpentier, los hermanos Goytisolo… y entre los cineastas comenta con
mucho entusiasmo a Visconti.
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